lunes, 28 de junio de 2010

Argenina gana con polémica e Higuain marca

de As.com

México maldecirá por siempre el minuto 26 de su partido con Argentina en este Mundial'2010. Hasta entonces lo mejor lo habían hecho ellos, a partir de ahí mandó Argentina hasta que hizo el tercero y se durmió. Resumido el cotejo convendremos que México empezó a temer pronto que no era su noche: cuando Salcido tiró al larguero y cuando un tirazo de Guardado se fue cerca del palo derecho de un vencido Romero. Equipo inferior que perdona termina perdiendo 99 veces sobre 100, debieron pensar los de Aguirre. Pero llegó el minuto fatídico y se rompió el partido.

Una llegada argentina acabó con el balón rebotado en el adelantado portero Pérez y el listo Tévez cabeceó a gol en flagrante fuera de juego: entre él y la línea de gol sólo había un mexicano, caído el portero en el área pequeña.

Rosetti, otro árbitro que aspira a la final como el uruguayo Larrionda, dio el gol y empezó el sainete: la organización repitió la jugada en los gigantes videomarcadores del estadio, los mexicanos descubrieron la posición adelantada de Tévez y se abalanzaron como un solo hombre sobre el juez de línea, Paolo Calcagno, reclamando justicia. Los argentinos se sumaron al tumulto, por supuesto. Maradona y sus asistentes, lo más parecido a Los Chunguitos, daban saltitos nerviosos; Aguirre esperaba. Al espectáculo le faltaba el segundo plato fuerte: la tele cazó como el asistente le decía a Rosetti que, en efecto, el gol era ilegal. Fue la puntilla mexicana en este pleito. Rosetti no podía rectificar porque suponía poner patas arriba la postura monolítica de la FIFA en su no al vídeo. ¡El que alguien puso en el estadio mientras los argentinos celebraban el tanto!

Lo previsto.

Vivimos pues la aparición del Villarato en el Mundial: bien saben los árbitros a quien conviene favorecer, qué es lo que nunca molestará al mando: gol y a otra cosa. Además, las desgracias verdes no acabaron ahí. Siete minutos después Osorio perdió lamentablemente la pelota e Higuaín se aprovechó para anotar un 2-0 lapidario. Y más lo fue cuando Tévez hizo el tercero tras bronca entre Blanco, Heinze y otros camino del vestuario: un golazo de lo mejor que ha dado el campeonato, la pólvora argentina es terrible.

Desde entonces, los de Diego enfriaron tanto el partido pensando en los cuartos que le dieron vida a un México a la desesperada. El Chicharito descontó con otro golazo, Heinze sacó dos veces la pelota cuando se colaba. Resucitó un partido que estaba muerto; resurrección medio mentirosilla que animó la recta final pues un segundo tanto mexicano sí habría encendido el estadio. Ganó Argentina que está en alza, que busca el gol, que no engaña. Le espera Alemania. El Mundial se pone serio; el arbitraje no tanto.

El detalle: hubo tángana en el descanso

Al final de la primera parte, varios jugadores mexicanos y argentinos se enzarzaron en una tángana detrás de los banquillos. Maradona tuvo que intervenir para poner paz en la discusión.



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